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Reducir FODMAP es una posible alternativa

La dieta baja en FODMAP (Polioles y Monosacáridos, Disacáridos, Oligosacáridos Fermentables) resulta efectiva para reducir los síntomas, pero tiene sus particularidades y sus retos. ¿Los vemos?

En general, en el síndrome del intestino (Bowel) irritable (IBS, en inglés) existe uno o varios elementos de la dieta que disparan los síntomas. A un 20% le afectan las proteínas y las grasas saturadas asociadas a ellas, la dieta vegetariana y vegana funcionan también para estas personas. Al resto, el 80% de estos pacientes, los elementos que pueden activar la enfermedad son:

  • Fructanos (en Alcachofas, Cebada, Cebolla, Ciruela, Coliflor, Espárragos, Guisantes, Manzana, Mango, Melocotón, Nectarina, Pera, Puerros, Sandía, Setas y Trigo)
  • Gluten (Avena, Cebada, Centeno y Trigo)
  • Aglutinina (Germen de Trigo)
  • Inhibidores de tripsina (Anacardo, Pistachos y todas las legumbres).

Algunos de estos componentes se usan además como aditivos alimentarios (en galletas y snacks, leche y derivados, carnes procesadas y productos light/sin azúcar). Según la lista una de las dietas FODMAP, sin legumbres o sin Gluten puede ser la solución a los síntomas del IBS.

No sólo es eliminar esos alimentos de la dieta

Además de estos elementos puede haber otros que todavía no se han estudiado. De hecho, sólo al 50% de los pacientes les ha funcionado la dieta baja en FODMAP. Y hay que tener cuidado pues de momento también se conocen efectos secundarios no deseados. Para comenzar altera la microbiota intestinal, reduce ciertos grupos como las bifidobacterias y el número global de bacterias. Puede además afectar a la calidad de la dieta y especialmente al aporte de fibra, hierro y calcio si se usa de forma prolongada. Necesita un control dietético por un especialista, ya que no todos los pacientes tienen la misma respuesta.

El control debe realizarse entonces incorporando otros elementos que salven en cada caso ese efecto colateral. Para no alterar la microbiota se pueden incluir alimentos probióticos (verduras fermentadas, quesos brie, camembert y feta, tempeh) o probióticos en cápsulas. Los nutrientes fibra, hierro y calcio se pueden optimizar a través de la dieta, pero llevando un control.  Además el paciente debe realizar un gran esfuerzo  para seguir la dieta ya que ciertas pautas son estrictamente necesarias para que tenga éxito. Como son reducir las comidas sociales, costear ciertos alimentos  o saber leer etiquetas.

Una pequeña introducción

Como ya te conté en otro post el coronavirus no sólo afecta a nuestras células, algunos estudios muestran en las heces una mayor proporción de partículas víricas. Se realizaron para saber con mayor seguridad la presencia del virus, por ahorrar en PCRs. Pero en ellos encontraron muchas partículas de algunas bacterias, dejando ver que el virus tiene el efecto de infectar además a la microbiota intestinal.

No es la primera vez que me ocurre. Desde el comienzo de la pandemia sólo he visto a personas a las que, de una manera u otra, ésta ha afectado a su salud de una manera especial. Voy a explicar uno de los casos reales que estoy viviendo en estos pacientes, los efectos de la Covid han resultado en la enfermedad de Graves, un tipo autoinmune de hipertiroidismo.

Efectos en la microbiota

El sobrevivir a la Covid ha despertado unos riesgos y unos efectos sobre la salud inesperados. A todo el mundo le suena los trombos que pueden presentarse tras la vacunación, pero nadie habla de los problemas cardiovasculares que desarrollan algunas personas tras pasar la Covid. Tampoco se habla de los cambios que se producen en la microbiota y que pueden tener el efecto de magnificar los problemas cardiovasculares. En este caso es la bacteria Collinsella, su aumento está relacionado con estos efectos secundarios (1). Esta bacteria se alimenta de hidratos de carbono complejos que llegan sin digerir al intestino. Así pues, reducir la entrada de ellos al intestino puede ser una buena acción correctora para disminuir la población de Collinsella. Para ello podemos repartir lo máximo posible la ingesta de glúcidos complejos (cereales, arroz y tubérculos). De esta manera podemos reducir la cantidad que llegará intacta al intestino.

El último caso es el que me ha animado a escribir sobre el tema para dar a conocer estos efectos. Después de pasar la Covid, esta persona ha desarrollado la enfermedad de Graves. La relación con la disbiosis intestinal es evidente. Hay suficiente literatura científica que avala que los cambios producidos en las especies bacterianas tienen un efecto sobre la glándula tiroides. El caso de la enfermedad de Graves cursa de hipertiroidismo. Aunque hay pequeñas diferencias entre las especies bacterianas a las que afecta, la mayoría de los estudios comparten una disbiosis clara entre los grandes grupos Firmicutes y Bacteriodetes. El primer grupo disminuye, concretamente las especies Blautia, Collinsella, Dorea, Alistipes y Ruminococcus. El segundo grupo aumenta, especialmente las especies Bacteroides, Lactobacillus, Veillonella y Prevotella. Presumiblemente el efecto que produce este desequilibrio es la reacción autoinmune sobre el tiroides (2-5)

Tenemos que verlo como un todo

No sólo es este desequilibrio bacteriano, hay alimentos que potencian o reducen los efectos negativos de la enfermedad de Graves. También la incorporación de oligoelementos minerales es indispensable. Elementos como el Selenio, el Cobre, el Hierro y el Zinc son necesarios para el buen funcionamiento de la glándula y tenemos que asegurar su biodisponibilidad en la dieta. La dieta de las bacterias del grupo Bacteriodetes que tienen su población aumentada se basa en leche y derivados y proteínas, especialmente las proteínas animales. Por lo tanto reducir su presencia en la dieta puede ser un remedio sencillo para reducir estas poblaciones aumentadas. Por el contrario aumentar la presencia de fibras solubles e insolubles hace que tengan más alimento las poblaciones del grupo Firmicutes, permitiendo su recuperación.

A pesar de los avances en esta parte de la ciencia, son necesarios más estudios. Ojalá llegue el día en que pueda confirmar con toda seguridad estos efectos, con análisis precisos de la microbiota. Espero que en breve se pueda corroborar que un tratamiento bacteriano es igualmente válido y exitoso contra ciertas enfermedades que cursan de disbiosis bacteriana. De momento sabemos que lo que comemos afecta a nuestros primeros comensales, que también les afectan algunos edulcorantes, colorantes y aditivos y medicamentos, especialmente los antibióticos. Sabemos que muchas enfermedades tienen unas poblaciones bacterianas muy específicas y dispares con respecto a los enterotipos saludables. Previsiblemente las variaciones de la microbiota pueden despertar enfermedades en nosotros.

Bibliografía

  1. Novakovic M, Rout A, Kingsley T, et al. Role of gut microbiota in cardiovascular diseases. World J Cardiol. 2020;12(4):110-122. doi:10.4330/wjc.v12.i4.110
  2. Knezevic J, Starchl C, Tmava Berisha A, Amrein K. Thyroid-Gut-Axis: How Does the Microbiota Influence Thyroid Function? Nutrients. 2020; 12(6):1769. https://doi.org/10.3390/nu12061769
  3. Ishaq HM, Mohammad IS, Shahzad M, et al. Molecular Alteration Analysis of Human Gut Microbial Composition in Graves' disease Patients. Int J Biol Sci. 2018;14(11):1558-1570. Published 2018 Sep 7. doi:10.7150/ijbs.24151
  4. Chen, J., Wang, W., Guo, Z. et al. Associations between gut microbiota and thyroidal function status in Chinese patients with Graves’ disease. J Endocrinol Invest (2021). https://doi.org/10.1007/s40618-021-01507-6
  5. Hui-xian Yan, Wen-cheng An, Fang Chen, Bo An, Yue Pan, Jing Jin, Xue-pei Xia, Zhi-jun Cui, Lin Jiang, Shu-jing Zhou, Hong-xin Jin, Xiao-hong Ou, Wei Huang, Tian-pei Hong, Zhao-hui Lyu; Intestinal microbiota changes in Graves’ disease: a prospective clinical study. Biosci Rep 30 September 2020; 40 (9): BSR20191242. doi: https://doi.org/10.1042/BSR20191242

La dieta vegana

A pesar de que cada vez hay más personas veganas, este post interesa no sólo a los que quieren adoptarla o ya la han adoptado. Recientemente la OMS recomienda una reducción del consumo de proteínas animales y promociona el consumo de proteínas vegetales. Esta recomendación puede ser aplicada en muchas formas de alimentación: vegana, flexivegetariana, vegetariana, ovo-vegetariana, lacto-vegetariana, etc. Así pues según retiremos de nuestra alimentación ciertos alimentos de origen animal vamos a generar determinados déficits.

En el último post os comenté que iba a escribir sobre este tema, ya que en él os comentaba un proyecto en el que colaboro con las etiquetas de recetas veganas. Haz clic aquí si quieres ver los vídeos. 

Los micronutrientes que nos faltan

Al ser la dieta vegana la más restrictiva vamos a ver que deficiencias crea según los alimentos que restringe y que otros alimentos de origen vegetal pueden aportarnos esos nutrientes deficitarios.

Vitaminas.

Evidentemente, hay una vitamina de origen animal que hay que suplementarla. Esta vitamina es la B12. No hay forma de tomar otro alimento de origen vegetal que la contenga.

Otras vitaminas que normalmente están a la baja son las vitaminas B2 y B3, que como el resto de vitaminas pueden generar graves problemas de salud. No sólo para nosotros o nosotras, sino también para nuestros bebés. Hay una manera muy saludable de evitar la deficiencia de estas vitaminas cuando eliminamos la carne, el pescado, la leche y lácteos y los huevos. La levadura de cerveza seca contiene grandes cantidades de estas vitaminas, entre otros micronutrientes.

Otra vitamina, esta vez liposoluble, que puede dar problemas es la vitamina D. Esta muy relacionada con el metabolismo del calcio. Por fortuna, en los lugares soleados no llegamos a tener este problema. Si vives en un lugar con poca luz solar hay que suplementarla y/o tomar alimentos fortificados en esta vitamina. La inclusión de semillas en nuestra dieta favorece el aporte de vitaminas liposolubles E y D.

Minerales.

Los más importantes son hierro y calcio, por la demanda que tenemos, pero también hay deficiencias de yodo, selenio y zinc, aunque necesitemos muy poca cantidad. Se les denomina oligoelementos. Las reservas minerales hierro y calcio de los vegetales se encuentra limitada por su estructura química. En los vegetales muchos de los minerales se encuentran en una forma poco absorbible. Para aumentar la absorción del hierro debemos acompañar siempre a las verduras de hoja verde y legumbres de ácidos orgánicos como los de las frutas. Para absorber el calcio es importante no tomar cafeína y alimentos con hierro, ya que bloquea la entrada y compite por la entrada, respectivamente. Además tomar alimentos ricos en calcio con alimentos ricos en vitamina D, por ejemplo la combinación de frutos secos con setas o setas con verduras de hoja verde. Para ambos casos se hace necesario tomar mucha vitamina C, que va a facilitar la absorción de muchos nutrientes.

Respecto a los otros minerales, yodo, selenio y zinc, es suficientes con incorporar a nuestra dieta algas y levadura de cerveza seca. Hay que tener cuidado con el yodo, no puede faltar pero no podemos pasarnos.

Vegana o no

la dieta que quieras seguir hazla con un especialista. No corras riesgos innecesarios y que te generen problemas a corto, medio o largo plazo. Es buena la recomendación de la OMS para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuidar el planeta y ser más conscientes de lo que compramos y comemos. Pero no es tan buena como para llevar una dieta con restricciones y no saber con qué sustituir o qué suplementar. Las dietas bajas en proteínas animales, en especial la vegana, tiene muchas propiedades saludables, siempre siendo conscientes de las limitaciones que te comento en el post.

Recuerda:

Si quieres quitar la proteína animal, hay que aportar siempre proteínas vegetales de legumbres, cereales y frutos secos a diario. Toma semillas, algas, setas y levadura seca para evitar los déficits de otros micronutrientes. Incluye alimentos fortificados y suplementa la B12.

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El Covid-19 y la microbiota

Estoy leyendo mucho sobre el Covid-19 y todavía parece que no hay nada claro. También es normal, ¿no? Ha pasado muy poco tiempo para llevar a cabo investigaciones que clarifiquen todo respecto a este virus. Hoy mismo me ha llegado que realmente no es una enfermedad pulmonar, sino una enfermedad sanguínea que se manifiesta antes en los pulmones debido a su gran y estrecha vascularización. A pesar de ello, me gustaría comentaros las posibles vías de investigación que, precisamente, están relacionadas con la flora, o mejor dicho, la microbiota intestinal. Además hay relaciones con el metabolismo de la vitamina D y la HTA e incluso hay bacterias de nuestra microbiota afectadas por el Covid-19.

Microbiota e inflamación

Su origen está en el intestino. Los científicos chinos han encontrado correlación en los pacientes de Covid-19 de disminuciones de Bifidobacteria y Lactobacillus y de aumentos de Corynebacterium y Ruthenibacterium con la hipoxia sufrida por los pacientes debido a la alteración de los patrones de inflamación. En 1 de cada 2 pacientes a los que se le analizaron las heces se ha encontrado el coronoavirus (1) La microbiota intestinal y pulmonar están interconectadas. Los LPS producen un clima proinflamatorio en un ecosistema intestinal alterado, se pierde la estructura sana y aumenta la permeabilidad. La comida, el estilo de vida y el medio ambiente están claramente involucrados. Además las personas mayores son los que muestran mayores diferencias en las poblaciones bacterianas con respecto al perfil sano, debido a la edad.

Bacterias infectadas por Covid-19

Junto a los virus encontrados en las heces encontraron, además, grandes cantidades de la bacteria Prevotella. Parecía algo increíble pero se realizaron de nuevo las pruebas y los científicos chinos han comprobado que el Covid-19 se comporta como un bacteriófago para esta bacteria. Esto podría explicar las variaciones de la carga viral entre personas. Una Prevotella infectiva en un intestino permeable por la inflamación puede incrementar los síntomas respiratorios. Este hecho ha hecho pensar a otras personas que han verificado que la infectividad en niños puede ser menor debido a que la microbiota inmadura de los niños es pobre en Prevotella. Si resulta que es una infección mixta la combinación de hidroxicloroquina con azitromicina adquiere mucha importancia.

Vitamina D y HTA

En pacientes con radioterapia se ha demostrado que el propio tratamiento altera el nivel sérico, la distribución y el metabolismo de la vitamina D. El mediador entre esta relación es la microbiota intestinal. Así, en estos pacientes se desarrolla una disbiosis microbiana o modificación de las poblaciones de nuestras bacterias. Esta disbiosis altera el desarrollo inmunológico, los metabolitos del microbioma (es decir, las proteínas generadas por los genes de estas bacterias) y las cascadas de señalización para los receptores de la vitamina D.

Además, la alteración de la microbiota intestinal contribuye al desarrollo de la hipertensión arterial mediada por la deficiencia de vitamina D. El descenso de las bacterias Intestinimonas, Subdoligranulum, Ruminiclostridium y Pseudoflavonifractor promueven la deficiencia de vitamina D y el desarrollo de la hipertensión arterial. Recodad que la hipertensión promueve el SRAA (Sistema Renina - Angiotensina - Aldosterona) y elevados niveles de ECA2 (Enzima convertidora de Angiotensina II), receptor de infección de todos los coronavirus. Además, no sólo para esta enfermedad, sino para otras enfermedades inflamatorias mediadas por el sistema inmune, haciendo significativo el rol de la microbiota intestinal, de sus metabolitos y cadenas de reacción mutualista.

Conclusiones temporales

A pesar de que los médicos han dado con un argumento contundente, el tratamiento con vitamina D administrada de forma externa en grandes dosis puede ser contraproducente. Al tomarla de esta forma inhibe nuestros sistemas naturales. Además, ya se han realizado las pruebas con altas dosis y los resultados no son satisfactorios. Comiendo alimentos ricos en esta vitamina, la producción por la piel al tomar el sol y con la que produce de manera natural nuestra microbiota podemos mantener las funciones de la vitamina D.

Para cuidarnos podríamos bien tomar algún probiótico, como Lactobacillus brevis para mantener la estructura de la capa mucosa o barrera intestinal. Al tener esta capa sana podemos intentar evitar la posible entrada de unas Prevotella infectadas, ya que inhibe específicamente sus adhesinas. Y además alimentos vivos como yogur o kéfir, choucrut o kimchi y embutidos curados por fermentación. O bien hay que añadir más fibras vegetales de alimentos integrales y crudos en nuestra alimentación (más prebióticos).

¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo?

El día viernes 24 de Enero de 2020 van a emitir una entrevista conmigo en directo. La emisora es Onda Capital, en la 95.1. El alcance de la emisora será Sevilla, ciudad y provincia, pero también está disponible en la web de la emisora.

¿De qué vamos a hablar en Onda Capital?

¡Vamos a conocernos! Por lo que explicaremos tareas y motivaciones que nos mueven en la dirección que hemos elegido. Puede ser una grata experiencia para conocernos tanto a la emisora como a mí. Ahora mismo trabajo más (y aprendo) con el grupo Microal-Tecoal. Así que os animo a escucharnos y así podemos conocernos.

Además veremos temas actuales de opinión en Alimentación, Nutrición y Dietética. Siempre contado desde un punto de vista muy interesante. Mis especialidades son Microbiología y Genética. Seguro que hablaremos de temas interesantes relacionadas con la microbiota y el microbioma.

¡Un detalle más!

Me encanta que sea una asociación radiofónica la que gestiona la emisora, así favorecemos el tejido asociativo en la ciudad de Sevilla. Dicha asociación se llama PinoLoco y me recuerda a algunos amigos y amigas que viven por la zona donde se realizará y transmitirá. Un abrazo para estas personas a las que no veo con la frecuencia que me gustaría o que ahora se encuentran en otra ciudad.

Os dejo el link aquí del programa Una hora para ti en Onda Capital.

El resultado

Mi opinión concuerda con lo que esperaba. Hemos compartido un momento que marca un inicio.

Abajo tenéis el programa.

Una revisión examina el rol de los metales de transición dietéticos en la microbiota.

Una de las estrategias usadas por los vertebrados para defenderse de los patógenos es secuestrar los metales de transición. Éstos son Manganeso, Hierro, Cobalto, Níquel, Cobre y Zinc. Los metales de transición son requeridos para  la supervivencia de los patógenos intracelulares y extracelulares. Este proceso de inmunidad nutricional conlleva a una respuesta evolutiva por parte de las bacterias en respuesta al mecanismo de defensa.

Para los mamíferos y la microbiota, los metales de transición son necesarios como cofactores de enzimas o como parte de estructuras. Además en grandes cantidades pueden ser tóxicos, de manera que es vital mantener la homeostasis de estos metales. Más allá del Zinc y el Hierro, el resto de estos metales de transición participa de una manera u otra en la homeostasis intracelular y extracelular de nuestras bacterias.

La revisión muestra las relaciones entre deficiencia y excesos de los metales y su relación con las enfermedades.

La deficiencia de Zinc conduce a un desequilibrio de la microbiota intestinal alejándola del perfil sano. Akkermansia muciniphila crea un ambiente pro inflamatorio que favorece las infecciones por especies de Enterobacterias asociadas a la disbiosis intestinal. El correcto aporte de Zinc inhibe directamente la virulencia de los potencialmente patógenos Enteroccocus. Además promueve el crecimiento de especies específicas que compiten con éstos. En cambio, el exceso de Zinc altera la microbiota reduciendo la resistencia a la infección por Clostridium difficile.

De forma paralela, la deficiencia de Zinc más el exceso de Hierro reduce la diversidad bacteriana en el intestino del hospedador. Se produce un incremento de Enterobacterias, muchas de ellas potencialmente patógenas. Precisamente son las Enterobacterias las que más tipos de sideróforos codifican en su genoma. Por ahora los datos de los cambios en la microbiota para el exceso o defecto de manganeso permanecen sin explorar.

La revisión estudia también cómo los cambios dietéticos de los metales afectan al sistema inmune.

Como he mencionado, la deficiencia de Zinc produce una mayor susceptibilidad a la infección. Ésto se debe a la depresión de la respuesta adaptativa inmunológica. La deficiencia de Zinc hace que las bacterias se repliquen lentamente. Algunos patógenos presentan ventajas evolutivas para adquirir el poco Zinc que haya en el intestino. La suplementación de este mineral debe ser tratada con mucha cautela ya que puede promover el sobre crecimiento de estos patógenos.

El exceso o defecto de Hierro  también tiene un gran impacto en el crecimiento bacteriano. El exceso incrementa el riesgo de muerte por Mycobacterium tuberculosis. El ambiente alveolar normoférrico es nuestra primera defensa innata. Unos alveolos llenos de hierro aumenta el riesgo de entrada de tuberculosis. Por otro lado, nos situamos en la deficiencia de Hierro con tratamiento de suplementación. Ésta se relaciona con Plasmodium, el parásito de la malaria, y con el riesgo de comorbilidad de la bacteriemia. Se produce un aumento de las especies Gram positivas y negativas con preferencia por el hierro hemo (el hierro sanguíneo). Así pues debe tenerse en cuenta en la suplementación de Hierro que puede aumentar el riesgo de infección por estos patógenos.

Una dieta variada asegura todos los metales de transición.

Para terminar quiero comentaros que una dieta variada es suficiente para asegurar todas las vitaminas y minerales necesarios. Una dieta variada es rica en frutas y verduras y con las cantidades adecuadas de alimentos ricos en hidratos de carbono y proteína. El truco de este equilibrio son los hábitos. La suplementación implica unos riesgos. Los sumplementos deben tomarse en caso de necesidad absoluta. Si tiene necesidades nutricionales no dude en contactar conmigo.

Fuentes:

Lopez CA, Skaar EP. The impact of dietary transition metal son host-bacterial interactions. Cell Host Microbe. 2018. 23(6):737-48. DOI: 10.1016/j.chom.2018.05.008

www.gutmicrobiotaforhealth.com

Un taller. Una buena forma de colaborar.

Nutrición sostenible e inteligente.

Hace unos días colaboré con la ONG @DECCO Internacional para realizar un taller de nutrición inteligente y sostenible. Esta formación está diseñada para formar a inmigrantes como cuidadores a domicilio y favorecer su inserción. En ella además de darle un enfoque sobre el cuidado de personas mayores insisto en la necesidad de la actuación individual para la sostenibilidad del planeta. Parece que no podemos hacer nada al respecto pero ¡no es cierto!

En ella vimos los consejos para hacer la compra de manera sostenible. Recomendaciones válidas tanto para las personas mayores como para los alumnos y las alumnas. Incluí los últimos avances en nutrición, nuestra genética y nuestra flora bacteriana o microbiota, para comer con cabeza. Os voy a comentar algunos de ellos.

Al final, animé a todos y todas a llevar una relación sana con las personas que van a cuidar. Debemos fomentar la comunicación y compartir experiencias y que mejor forma de hacerlo que con la comida y con respeto. Cada alumno o alumna venía de alguna parte del planeta, con mucho que decir y aportar. La última parte del taller la realizaron ellos y ellas, aportando las dietas de sus países de origen.

Taller nutrición inteligente y sostenible

¿Sostenible? No es coincidencia

La dieta mediterránea es sostenible.

Parece que hemos olvidado que la dieta mediterránea es a base de frutas, verduras y legumbres. Si que hay huevos, pescados, quesos y yogures y carnes, pero no dominan la dieta como es lo habitual ahora. En el taller puse ejemplos comparativos sobre el impacto de las personas veganas, vegetarianas, omnívoras y carnívoras. ¡No por ello los quería convertir al veganismo! Si predominaran las verduras, las frutas y las legumbres en nuestra alimentación no solo sería bueno para nuestra salud sino también para la salud del planeta. Se gastan muchos recursos en producir carnes y se arrasa con los océanos para obtener pescado. Tenemos que cuidar el agua y el terreno, son recursos limitados devorados por la demanda de productos de origen animal. Debemos sumar el uso de terreno para cultivar palma, por ejemplo, y no solo con fines alimentarios, sino como fuente de biocombustibles.

Un taller contra los plásticos.

Podemos procurar usar bolsas reutilizables y olvidarnos de las de plástico. Podemos punir a las empresas que envuelven una y otra vez sus productos en varios plásticos no comprando sus productos. Podemos comprar a granel con envases que tengamos en casa, siempre que sean de uso alimentario y con el mismo fin. No podemos usar un envase de detergente para comprar legumbres. Lo que no podemos permitir es que sucedan hechos como la muerte de la ballena rellena de plástico o las aves dando de comer plástico a sus crías. Imágenes que se me han quedado grabadas en la mente y que espero que ayuden a concienciar a toda persona que las vea. Son pequeños hábitos que hacen, grano a grano una montaña.

Sostenible e inteligente.

Vimos como esos plásticos pueden dejar residuos que actúan como hormonas en nuestro organismo, como el caso del Bisfenol-A. Con este ejemplo, introduje la epigenética o como el ambiente afecta a nuestros genes. ¿Cómo podemos cuidarnos al respecto? Adquiriendo el hábito de comer más frutas y verduras. Teniendo disponibles en nuestro organismo más vitaminas y minerales.

Además, con la fibra de las frutas, las verduras y las legumbres le damos de comer a la microbiota intestinal. Nos olvidamos que somos un 90 % de microorganismos y sólo un 10 % de células eucariotas humanas. Muchas enfermedades como las alergias, las intolerancias, la obesidad o la diabetes son controladas por una microbiota sana, sin necesidad de tomar tanto medicamento ni antibiótico. Tenemos una absurda guerra contra las bacterias. Tenemos que modificar nuestros hábitos para hacerlos saludables y con ello alcanzar un estado óptimo de salud.

¡Ya hemos dado por hecho que todas las bacterias son perjudiciales!

La guerra contra las bacterias.

Éste hecho es muy peligroso y nos encamina a una guerra en la que tenemos todas las de perder. Las bacterias estaban aquí antes que nosotros y si a nosotros nos pasara algo ellas seguirán evolucionando. Toda la tierra vive en armonía con ellas pero estamos empecinados en hacer la guerra y luchar contra un equilibrio natural, en vez de aprender de él. Me gustaría comentarles algunos detalles de lo que nos hacen ver y creer. Sin embargo tenemos que ser cautos ya que lo que pretenden es ganar dinero, no que estemos sanos y saludables.

Una superficie sin bacterias naturales es una oportunidad para colonizar.

Nos han inculcado la idea de que las cosas estériles son más sanas que las que contienen bacterias. Es totalmente falso. Si afirmo que es mejor que hayan bacterias saludables que controlen a las patógenas probablemente me llamen loco, pero todo el ecosistema en el que vivimos está plagado de bacterias y es mejor que sea de esta forma.

La historia microbiológica ha instaurado una cultura bactericida y una moda anti-bacteriana que subyace a las teorías de patología de Pasteur y Koch y de selección natural de Darwin. El 80 % de las bacterias no hacen nada malo cuando predomina un 10 % las bacterias fermentadoras beneficiosas o sintrópicas, ya que promueven un equilibrio en las que todas están contentas. El 10 % restante de bacterias oxidativas patógenas o entrópicas no pueden hacer frente al 90 % restante. El ambiente en el que vivimos no es un escenario estático como se propone en la selección natural, hay muchas especies que colaboran en él. Pensemos en la flora intestinal, de la piel, de los ojos, vaginal... No solo en nosotros, los humanos, cada especie, animal o vegetal, tiene una flora asociada para su correcto funcionamiento.

Muy importante en relación a este anuncio de los Morancos, los famosos no deberían anunciar productos. En España vamos por detrás en este sentido, muchos países tienen leyes que prohíben que los famosos publiciten marcas que pueden influir en nuestra salud.

Bacteroides_biacutis

"Todas las enfermedades comienzan en el intestino"

Hipocrates, 460-370 a. C.

La guerra sin fin.

Cómo ya sabemos, hay muchos problemas con la resistencia a antibióticos. Nos han metido en la cabeza un concepto de naturaleza y sociedad como si fuera un campo de batalla en el que dos fuerzas abstractas (Selección natural y Mercado) están llevando a la humanidad al borde del precipicio.

La industria farmacéutica se llena los bolsillos, mientras que nosotros tomamos más antibióticos aumenta también la del ganado que después nos comemos. Un animal tratado con antibióticos para aumentar su engorde es un animal sin su flora bacteriana normal. Con ello quiero decir que comemos animales con un déficit beneficioso y un superávit de tóxicos sin metabolizar. Son las bacterias las que eliminan los tóxicos que cualquier especie come.

Un antibiótico mata indiscriminadamente. Puede que elimine las bacterias que producen un fuerte olor en su sudoración, pero también a su flora bacteriana normal. Ésto deja su axila libre para que cualquier bacteria, saludable o no, la colonice. Más vale controlar la ingesta de ácidos grasos saturados y de proteínas que modifican nuestra flora intestinal normal. Después estos ácidos grasos son exudados por nuestras propias glándulas sebáceas y favorecemos la proliferación de dichas bacterias. ¡Les estamos dando de comer!

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“Actualmente más del 95% de las enfermedades crónicas son provocadas por alimentos, ingredientes tóxicos, deficiencias nutritivas y falta de ejercicio físico.”

Hay muchas bacterias buenas.

En este anuncio hay unas bacterias superenrrolladas que cantan y todo. Primero aclarar que la cerveza se hace con un hongo, no con una bacteria. Pero bueno. Lo más llamativo es sin duda el miedo que sufre ese pobre hombre. Cuando bebe dicha cerveza seguro que tiene el mismo sentimiento.

Tenemos presente que alguna hay buena, sólo las que nos dan vino, cerveza, sidra, pan, yogur, chucrut... Cómo se puede observar son cosas que se compran. Os voy a nombrar otras cosas buenas pero que no se promocionan porque son inmateriales:

  • Los humanos somos lo que somos gracias a 90.000 secuencias víricas completas y 300.000 secuencias víricas parciales en nuestro genoma. Ello ha permitido que se desarrolle la placenta, por ejemplo. Somos mamíferos placentarios gracias a los virus.
  • En humanos 250 genes completos son bacterianos. El flagelo de nuestros espermatozoides es bacteriano. Desde hace 2.000 millones de años el axón de nuestras neuronas se originó por las bacterias asociadas a nuestro organismo. Los conos y bastones de nuestro sistema de visión también es de origen bacteriano.
  • Usted es 100 % usted, ¿no? De ese 100 % sólo el 10 % son células eucariotas con su información genética. El 90 % de las células restantes son bacterias y hongos. Sólo el peso de la flora intestinal oscila entre 2 y 3 kilos.
  • Helicobacter pylorii, la famosa bacteria de las úlceras, esta presente en 1 de cada 2 personas. La incidencia de úlcera es de 1 de cada 100 personas. Eso significa que 49 personas tienen la bacteria pero no la úlcera. Tal vez haya que indagar más en el origen de la enfermedad y demonizar menos a esta bacteria.
Bacteroides_biacutis

“Aquellos que creen que no tienen tiempo para hacer ejercicios, tarde o temprano tienen que buscar tiempo para estar enfermos”

Edward Stanley, 1826-1893 d. C.

¡Las bacterias son tan malas como el llanto de un bebé!

Esto ya es demasiado. Primero que nadie en su sano juicio se llevaría un bebé a un cine. Además el llanto de un bebé debería incentivar en nosotros el querer ayudarle, no el disgustarnos por su llanto. 

Mezclar sentimientos profundos como los que generan la navidad, las vacaciones o el ocio con los amigos con el consumo de un producto deberían ser prohibidos. La vida se puede disfrutar igual de bien sin sus productos, no hace falta que afirmen que con sus productos van a ser mejores momentos. Incluso sin ellos se podría disfrutar de más tiempo de vida y por tanto de más momentos.

Otros nos ganan mezclando el humor con el producto, como en este anuncio. El producto anunciado debe ser lo suficientemente inocuo como para que usen este método sin herir a nadie. A nadie le hace gracia tener una adenopatía axilar por eliminar a su flora axilar protectora usando un desodorante con antibióticos con el único fin de que no le cante el ala.

Las empresas quieren vender, a costa de lo que sea. No les importa nada nuestra salud, nada. Tienen que obtener beneficios usando los químicos que necesiten. Por ejemplo, la agricultura intensiva que con sus fertilizantes químicos producen 40.000 muertos, 24.000.000 de intoxicaciones, 1.000.000 de casos de esterilidad y 5.000.000 de enfermos crónicos al año relacionados con sus actividades. Otro ejemplo es la industria multinacional farmacéutica que no ganaría nada si tendiera a curarnos, perdería a todos sus clientes. No quieren curarnos. 

Recomendaciones finales.

Hace poco le enseñé a mi sobrina adolescente de dónde viene el acné que sufre. Les indico lo mismo que a ella, tiene una infección de Actinobacter acne por no cuidar su flora bacteriana y comer exceso tanto proteínas asociadas a grasas saturadas como las propias grasas saturadas en si. 

Para evitar toda infección bacteriana sólo debemos cuidar nuestra flora normal. Para ello debemos darle de comer. ¿Qué comen las bacterias beneficiosas? Fibras solubles e insolubles y oligosacáridos de frutas, verduras, algas, legumbres y cereales integrales. Si las alimentamos ellas nos dan:

  • Vitaminas, entre ellas la K o la B12.
  • Minerales y oligonutrientes, aumentando su biodisponibilidad.
  • Ácidos grasos de cadena corta, éstos promueven a su vez el rendimiento deportivo.
  • Hormonas y neurotransmisores, el 90 % de la serotonina corporal se obtiene de nuestras bacterias intestinales.

Parece que aceptamos a ciegas que por ser mediterráneos comemos todo en base a la dieta mediterránea. Es un tremendo error. Hemos olvidado la dieta mediterránea, por mucho que nos cueste aceptarlo. ¿Acaso comemos una vez en una semana carnes rojas y cuatro veces en la misma de legumbres? ¿O comemos 2 o 3 raciones de fruta y 2 de verdura a diario?

 

Fuente: Microbiótica. Nutrición simbiótica y microorganismos regeneradores.

Fraude alimentario ¿cómo evitarlo?

Fraude de carne en Brasil y Tremer.

Desde este pasado viernes se habla mucho de éste caso. Brasil es el mayor exportador de carne de bovino y pollo y tercero de carne de cerdo. Por este fraude están investigando a muchas personas, tanto empresarios como a funcionarios y políticos. El partido en el gobierno, PMDB, al que representa Tremer, no sólo piden tranquilidad con recomendaciones que trascienden a las normativas del etiquetaje. Sino que encima celebra junto a los magnates de la industria y otros políticos una cena con carne, ¡por supuesto de calidad, esa sí! Las reacciones mundiales no han tardado en salir a la luz.

Identificación del fraude.

En la bibliografía hay un enlace en el que explica muy bien un compañero los tipos de fraudes. Para las personas más rezagadas propongo directamente un pequeño esquema:

  1. Cuando con ánimo de lucro se colocan deliberadamente alimentos en el mercado con la intención de engañar al consumidor, se está cometiendo fraude alimentario. (Esto debería incluir la publicidad engañosa, que los famosos hagan publicidad y otros temas que no contempla la laxa ley española)
  2. Los fraudes alimentarios constituyen un grave delito contra la Salud Pública y por ello se persiguen y son castigados por la ley. Además, provocan una pérdida de confianza del consumidor en la cadena de producción de alimentos. (¿Cuál es el límite de confianza en una producción invisible a nuestros ojos? ¿Quién enseña a la población a conocer y juzgar qué modelos y cadenas de producción son sanos y sostenibles?)
  3. El etiquetado y la trazabilidad de los alimentos son las armas más poderosas que disponemos para luchar contra el fraude alimentario. Adicionalmente, existen en el mercado muchos productos que ofrecen una garantía adicional contra posibles fraudes, como son los alimentos de calidad diferenciada. (Según lo ocurrido en Brasil estas armas no son tan poderosas, hay muchos casos de fraude, como los sandwich de las máquinas vending, que pasan las normas de etiquetado y trazabilidad)

Entonces, ¿Cómo evitarlo?

  1. Hacer la compra habiendo hecho una lista previamente. Con ellos no sólo ahorras dinero, sino tiempo que puedes invertir en el siguiente consejo.
  2. Lee las etiquetas. Descarta el producto que es muy rico en algún nutriente que no es propio de ese alimento. Por ejemplo zumos o yogures azucarados, bollería y otros alimentos ultraprocesados.
  3. Cuando leas la etiqueta ten en cuenta que los ingredientes vienen en orden de mayor a menor respecto a la cantidad. Evita el embutido de pavo que tenga menos del 90 % de pavo, todo lo que lleve de más para su preparación no será saludable.
  4. Ante la duda, descarta y busca otra opción más saludable como la que ud. mismo/a puede cocinar en casa. Si pone aceite vegetal mejor déjalo en el estante, bastante aceite de palma tenemos que aguantar ya.
  5. Elije productos frescos, del comercio local y de temporada. Es la mejor forma de asegurar el camino a la sostenibilidad.
  6. Come antes de ir a la compra. Evitarás comprar cosas caprichosas. Si en la lista tenías chocolate, compra el caro, el del 95 al 98 % de pureza. Un "cuadradito" de ese chocolate te saciará tanto que no querrás comer más 😉 
  7. Busca la calidad ante todo, incluso si tu poder adquisitivo es bajo. Más vale comer ajustado y bien que poner en riesgo su salud.

Fraudes "everywhere"

Recordaréis casos como el de la carne de caballo en las albóndigas del Ikea. Como los huevos, la lechuga y el jamón de pata negra falsos, fabricados por los chinos. Pimentón químico (como el aceite de orujo de oliva) y especias adulteradas con heces. El azafrán iraní transformado y engrosado en España y vendido como español en EEUU y un largo etcétera. 

Fraude es también...

No poder leer las etiquetas de un producto en una máquina de vending. Tenemos derecho a saber esa información antes de pagarlo. Imagina que soy alérgico a algo de lo que compro sin poder ver la etiqueta.

Los yogures antes eran de 150 ml y ahora 125 ml, pero el precio no bajó y nadie se dio cuenta. Además ahora cada vez tienen más cantidades de otras cosas que no son yogur. O para vender más le dicen que tiene fruta y no llega a tener ni 10 gramos, que suponen el 7 % de una ración de fruta.

La carne que se desecha, la empanan y se la venden congelada o la transforman y se la venden. Todavía recuerdo a una chica que trabajaba de encargada en una carnicería diciéndome: "Esto unos polvitos rosa y pa' vender de oferta" o "Se lava, se pica y condimenta y saco unas albóndigas buenísimas"

La cuestión es siempre la misma: ganancias económicas en un modelo que se supone siempre creciente. ¿A costa de qué? ¿De nuestra salud? La industrialización ha disminuido drásticamente nuestra ingesta de fibras vegetales y de micronutrientes, ha modificado el perfil de lípidos y ha aumentado la proporción de proteínas de origen animal. Todo por vivir más rápido o más cómodo comiendo alimentos precocinados, procesados o ultraprocesados. Esta industrialización pide además recursos a la naturaleza a cambio de especies extintas o en peligro de extinción y deteriora nuestro medio ambiente.

¿Cuál es la solución?

La solución esta en cada uno/a de nosotros/as. Al menor indicio de perjuicio personal o ambiental deberíamos primero no comprarlo y segundo denunciarlo, aunque sea en las redes sociales. Además podemos hacernos partícipes de nuestros propios intereses, en este caso como consumidores. Siendo una persona activa que quiere cambiar unos modelos económicos y ecológicos que no se ajustan a nuestra realidad. Los fraudes de la industria alimentaria van ligados a las crisis económicas y a la avaricia de este modelo en el que vivimos. Nadie va a venir a defender sus derechos: tenemos que ser personas participativas.

fraude sandwich-japon
Fraude especias molidas con heces

Enlaces

http://webarchive.nationalarchives.gov.uk/+/http://www.food.gov.uk/enforcement/the-national-food-crime-unit/foodfraud/foodfrauddatabase#.UXZJSUp1yQF

Tipos de fraude en Alimentación. ¿No se nos olvida algo?

http://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/18/actualidad/1489864585_139780.html

http://www.informador.com.mx/economia/2017/712685/6/el-escandalo-de-la-carne-no-apta-para-consumo-atraganta-a-temer.htm

https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201703171067680274-brasil-carne-fraca-fraude/

Los buenos hábitos se adquieren

Primero nos debemos conocer

Para que los hábitos que tomemos sean saludables deben ser coherentes con nuestro propio organismo. Para ello nos debemos observar, como nos sientan los alimentos o comer a algunas horas, etc. Sabemos que nuestra flora intestinal está implicada en los procesos inflamatorios del sistema digestivo. Un análisis de ésta puede desvelarnos muchas cosas sobre nuestra salud. Además nuestro genoma predispone nuestro organismo a una enfermedad. Aunque no es barato si que es muy útil tener ese conocimiento.

Segundo debemos elegir los hábitos a seguir

Si padecemos síntomas de EC (Enfermedad Celiaca) podemos habituarnos a reducir la cantidad de gluten y aumentar la flora de lactobacillus. Sólo bastaría con incluir cereales sin gluten y aumentar la ingesta de alimentos fermentados lácticos. De la misma manera ocurre con otras enfermedades inflamatorias o autoinmunes. Elegir unos buenos hábitos puede "silenciar" nuestra genética y que no "dispare" la enfermedad ¡Bang!

hábitos: saber es poder

Hábito de tomar alimentos con glúten

Os describo el experimento

Se han descrito dos especies bacterianas que "comen" gluten en nuestro intestino. Para las personas celiacas destaca Pseudomonas aeruginosa y en pacientes sanos Lactobacillus. Entonces se prepararon ratones estériles (sin flora inicial) a los que se les implantó una de las dos especies bacterianas. Y se observó su reacción frente a la ingesta de alimentos con gluten. De los ratones se obtuvieron unas proteínas específicas liberadas por cada una las bacterias huéspedes. Se aislaron las proteínas y se testaron en los pacientes con EC. Así pues los resultados mostraron un aumento de la respuesta inmune a las proteínas producidas por P. aeruginosa. Los Lactobacillus conseguían degradar esos péptidos inmunogénicos.

Hábitos en primera etapa

Falta aún más por estudiar. En caso de riesgo genético o por una sintomatología clara, si que podemos reducir la ingesta de gluten y aumentar nuestra población de Lactobacillus (con yogur, por ejemplo) Este estudio revela la importancia de nuestra flora y que no se produzca ninguna disbiosis que promueva la producción exacerbada de péptidos o proteínas que activan enfermedades autoinmunes. 

Hábitos y Diabetes hereditaria.

Los que sufren Diabetes tipo 1 presentan una diferente composición de la flora bacteriana respecto a un individuo sano. Esta diferencia influye multiplicando la expresión de dicha enfermedad. Está relacionada con modificaciones metabólicas en la vía de la glucólisis y la síntesis de tiamina. Las bacterias implicadas son P. copri, B. dorei y A. putredinis, todas pertenecen al grupo Bacteriodetes. En el estudio se analiza todas las ómicas y se observan que estas bacterias actúan diferente en las familias de personas que poseen un gran factor genético para tener la enfermedad. 

La modificación de la flora bacteriana en estos pacientes puede establecer la solución para no desencadenar la enfermedad. Estas especies bacterianas pueden modular y participar en la glucemia del hospedador. Se necesitan más estudios donde se encuentren las señales en la interacción huésped-hospedador a través del análisis no sólo de los genes o de las propias bacterias. Sino también de las transcripciones y las proteínas que intervienen en dicha interacción.

hábitos saludables

Fuentes:

Heintz-Buschart A, May P, Laczny CC, et al. Integrated multi-omics of the human gut microbiome in a case study of familial type 1 diabetes. Nat Microbiol. 2016; 2:16180. doi: 10.1038/nmicrobiol.2016.180.

Caminero A, Galipeau HJ, McCarville JL, et al. Duodenal bacteria from patients with celiac disease and healthy subjects distinctly affect gluten breakdown and immunogenicity. Gastroenterology. 2016; 151(4):670-83.

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