Una pequeña introducción
Como ya te conté en otro post el coronavirus no sólo afecta a nuestras células, algunos estudios muestran en las heces una mayor proporción de partículas víricas. Se realizaron para saber con mayor seguridad la presencia del virus, por ahorrar en PCRs. Pero en ellos encontraron muchas partículas de algunas bacterias, dejando ver que el virus tiene el efecto de infectar además a la microbiota intestinal.
No es la primera vez que me ocurre. Desde el comienzo de la pandemia sólo he visto a personas a las que, de una manera u otra, ésta ha afectado a su salud de una manera especial. Voy a explicar uno de los casos reales que estoy viviendo en estos pacientes, los efectos de la Covid han resultado en la enfermedad de Graves, un tipo autoinmune de hipertiroidismo.
Efectos en la microbiota
El sobrevivir a la Covid ha despertado unos riesgos y unos efectos sobre la salud inesperados. A todo el mundo le suena los trombos que pueden presentarse tras la vacunación, pero nadie habla de los problemas cardiovasculares que desarrollan algunas personas tras pasar la Covid. Tampoco se habla de los cambios que se producen en la microbiota y que pueden tener el efecto de magnificar los problemas cardiovasculares. En este caso es la bacteria Collinsella, su aumento está relacionado con estos efectos secundarios (1). Esta bacteria se alimenta de hidratos de carbono complejos que llegan sin digerir al intestino. Así pues, reducir la entrada de ellos al intestino puede ser una buena acción correctora para disminuir la población de Collinsella. Para ello podemos repartir lo máximo posible la ingesta de glúcidos complejos (cereales, arroz y tubérculos). De esta manera podemos reducir la cantidad que llegará intacta al intestino.
El último caso es el que me ha animado a escribir sobre el tema para dar a conocer estos efectos. Después de pasar la Covid, esta persona ha desarrollado la enfermedad de Graves. La relación con la disbiosis intestinal es evidente. Hay suficiente literatura científica que avala que los cambios producidos en las especies bacterianas tienen un efecto sobre la glándula tiroides. El caso de la enfermedad de Graves cursa de hipertiroidismo. Aunque hay pequeñas diferencias entre las especies bacterianas a las que afecta, la mayoría de los estudios comparten una disbiosis clara entre los grandes grupos Firmicutes y Bacteriodetes. El primer grupo disminuye, concretamente las especies Blautia, Collinsella, Dorea, Alistipes y Ruminococcus. El segundo grupo aumenta, especialmente las especies Bacteroides, Lactobacillus, Veillonella y Prevotella. Presumiblemente el efecto que produce este desequilibrio es la reacción autoinmune sobre el tiroides (2-5)
Tenemos que verlo como un todo
No sólo es este desequilibrio bacteriano, hay alimentos que potencian o reducen los efectos negativos de la enfermedad de Graves. También la incorporación de oligoelementos minerales es indispensable. Elementos como el Selenio, el Cobre, el Hierro y el Zinc son necesarios para el buen funcionamiento de la glándula y tenemos que asegurar su biodisponibilidad en la dieta. La dieta de las bacterias del grupo Bacteriodetes que tienen su población aumentada se basa en leche y derivados y proteínas, especialmente las proteínas animales. Por lo tanto reducir su presencia en la dieta puede ser un remedio sencillo para reducir estas poblaciones aumentadas. Por el contrario aumentar la presencia de fibras solubles e insolubles hace que tengan más alimento las poblaciones del grupo Firmicutes, permitiendo su recuperación.
A pesar de los avances en esta parte de la ciencia, son necesarios más estudios. Ojalá llegue el día en que pueda confirmar con toda seguridad estos efectos, con análisis precisos de la microbiota. Espero que en breve se pueda corroborar que un tratamiento bacteriano es igualmente válido y exitoso contra ciertas enfermedades que cursan de disbiosis bacteriana. De momento sabemos que lo que comemos afecta a nuestros primeros comensales, que también les afectan algunos edulcorantes, colorantes y aditivos y medicamentos, especialmente los antibióticos. Sabemos que muchas enfermedades tienen unas poblaciones bacterianas muy específicas y dispares con respecto a los enterotipos saludables. Previsiblemente las variaciones de la microbiota pueden despertar enfermedades en nosotros.
Bibliografía
- Novakovic M, Rout A, Kingsley T, et al. Role of gut microbiota in cardiovascular diseases. World J Cardiol. 2020;12(4):110-122. doi:10.4330/wjc.v12.i4.110
- Knezevic J, Starchl C, Tmava Berisha A, Amrein K. Thyroid-Gut-Axis: How Does the Microbiota Influence Thyroid Function? Nutrients. 2020; 12(6):1769. https://doi.org/10.3390/nu12061769
- Ishaq HM, Mohammad IS, Shahzad M, et al. Molecular Alteration Analysis of Human Gut Microbial Composition in Graves' disease Patients. Int J Biol Sci. 2018;14(11):1558-1570. Published 2018 Sep 7. doi:10.7150/ijbs.24151
- Chen, J., Wang, W., Guo, Z. et al. Associations between gut microbiota and thyroidal function status in Chinese patients with Graves’ disease. J Endocrinol Invest (2021). https://doi.org/10.1007/s40618-021-01507-6
- Hui-xian Yan, Wen-cheng An, Fang Chen, Bo An, Yue Pan, Jing Jin, Xue-pei Xia, Zhi-jun Cui, Lin Jiang, Shu-jing Zhou, Hong-xin Jin, Xiao-hong Ou, Wei Huang, Tian-pei Hong, Zhao-hui Lyu; Intestinal microbiota changes in Graves’ disease: a prospective clinical study. Biosci Rep 30 September 2020; 40 (9): BSR20191242. doi: https://doi.org/10.1042/BSR20191242