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Cuidar a nuestros mayores

Los mayores, de ellos venimos y hacia ellos vamos.

Nuestros mayores seremos nosotros con el tiempo.

Debe ser una preocupación de todos que los cambios individuales asociados al envejecimiento no impliquen una perdida de oportunidades y mucho menos de sus derechos.

La vida de las personas adultas mayores no tiene por qué ser pasiva o carente de participación en distintos ámbitos de la sociedad.

Desde nuestra educación debemos respetarles y quererles, comprender sus limitaciones y ayudarles con los nuevos avances, recetas y alimentos que desconocen, incitarles a buscar y probar las cosas que despiertan su curiosidad.

Situación actual de los mayores

¡Cuidado!

En estos tiempos que corren la mayoría de nuestras madres o abuelas o de nuestros padres o abuelos suelen ser víctimas de sus propias raíces y de la situación familiar, en su mayoría desfavorable. Son, junto a los peques, los más vulnerables; con problemas de salud que si no se cuidan ciertos aspectos pueden generar un aumento de las enfermedades o de síntomas asociados a las enfermedades. Los principales problemas a los que se enfrentan son: limitación de la consciencia respecto a la malnutrición, cambios adversos en su nutrición, falta de personalización de sus tratamientos y su seguimiento. Las personas que llevamos a cabo tratamientos y seguimientos nos vemos involucrados demasiado tarde, perdiendo efectividad en el tratamiento. Se hace extremadamente necesario más atención y facilitación en la gestión de la desnutrición de nuestros ancianos y ancianas.

Consejos para nuestros mayores

Adaptarnos a nuestros mayores.

Primero debemos asegurar su correcta nutrición y sus limitaciones a la hora de nutrirse. Elegir siempre alimentos bajos en grasas, colesterol, sal y azúcares añadidos. Deben predominar frutas y verduras, lácteos, legumbres y no olvidar nunca las hierbas para sazonar. En menor medida el resto de alimentos. Y evitarse excitantes como el café, té o chocolate, alcohol, los productos precocinados y los fritos. La elección de los alimentos debe hacerse bajo esas limitaciones mencionadas: capacidad de masticación, de salivación y para tragar la comida; en estas edades estas capacidades normalmente están reducidas. ¿Quién mejor que nosotros para observarles y ayudarles? Bueno están los asistentes para mayores, pero ellos están desempleados ahora mismo y nuestros padres y abuelos no pueden esperar a que pase la crisis.

Segundo tienen que tener movimiento, el que puedan. Hacer ejercicios físicos y mentales, tareas que le ayuden a estar activos y no me refiero a cuidar de sus nietas y nietos, deben tener pasatiempos en los que disfruten de cosas que les gusten.

Tercero es que pueden caer en la monotonía de pures y papillas, existen muchas variantes de estas como para que no varíen. La carne cocinarla ya picada, usa mitad de leche y mitad de agua para cocer verduras que no huelen bien (tipo brócoli o coliflor).

Cuarto es el timing! Deben comer 4 o 5 veces al día, pequeñas dosis ricas en fibras, vitaminas y minerales. Beber mucha agua durante el día, incluso sin tener sed o no ser verano, en invierno nos podemos deshidratar de igual manera.

Por último, quinto y sin que sea menos importante es que no coman solos; la soledad es el peor amigo de la comida, siempre comemos y asimilamos mejor lo que ingerimos en compañía. La compañía evita caer en la inapetencia para comer, evita distensiones y preocupaciones y rompe la monotonía. ¡Hay que visitarles más a menudo!

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